lunes, 12 de agosto de 2013

RUMBO DESCONOCIDO


¿En qué se inspiran los libros fantásticos? ¿Y las películas de ficción? Es decir, para que a alguien se le hubiese ocurrido, ¿no le tendría que a ver sucedido algo similar a otro alguien? Dudo que las ideas surjan de la mente propia. Las fantasías  las maravillas, todas se relacionan aunque sea aproximadamente con algún hecho real. También dudo que la imaginación sea completa en toda "innovación": es casi imposible crear algo nunca antes imaginado, ya que todo lo ha sido, aunque sea alguna remota vez. Por lo tanto, ¿quién ha vivido similares aventuras a las que viven los personajes de nuestras novelas o películas favoritas, y que tantos de nosotros anhelamos vivir? Alguien con mucho suerte, sin duda.
Gran parte de nuestras vidas la pasamos imaginando aventuras o historias paralelas. Unas de esas que tantas veces nos dejaron sin aliento, aunque con miedo tal vez. La tediosa rutina nos estanca y aburre en un gris edificio, mientras que nuestra curiosidad muere lentamente. ¿Por qué cuando más se necesita un cambio es cuando más lejos está? ¿Por qué cuando más se necesita escaparse de la realidad, más difícil se hace? Porque las cosas llegan cuando menos se las esperan, que aunque suene inútil, es una extraña paradoja.
Entonces, ¿hacia dónde tengo que seguir caminando para encontrar luego, desinteresadamente, aventuras? Hacia donde este oscuro y confuso, no tengo dudas. A donde el sol no inunde las copas de los árboles y el silencio invada la tierra. Hacia donde nadie iría buscando seguridades, pero sí aventuras. Y por sobre todo, hacia donde el camino esté lleno de obstáculos y trampas. Porque la real aventura es el camino, que se prolonga por el tiempo que lo deseemos, ya que cuando lleguemos a nuestro destino, nada más quedará por buscar.
Lo que nos hace tener deseos, es el hecho de poder desearlos.
Disfruta el camino y busca en él todos los obstáculos. Siempre los problemas vienen acompañados de emociones.

viernes, 9 de agosto de 2013

SR. DESTINENCIA


     ¿Destino o coincidencia? ¿Cómo puedo saber si lo que ocurre diariamente en mi vida es obra del destino, u ocurre por puro azar? Una parte de mi mente está segura de que algo ya está dicho. De que el camino ya está trazado completamente. Pero una mayor parte piensa que sigue habiendo algo de azar en el medio. ¿Puede a caso el destino mezclarse con la coincidencia hasta formar uno solo? ¿Puede haber más de un camino posible, aunque cada uno escrito, como si mi vida se tratase de un juego? Puede haberlo, puede ser que mi vida se trate simplemente del juego de la vida que un niño está jugando. O puede ser que no, puede ser que yo sea protagonista de una historia que yo misma escribo de principio a fin. Pero, aunque no lo quiera aceptar, yo sé que no sería capaz de crear la vida que llevo sola. Yo sé que algo más influye.
     Pensar en quién trazará nuestro posible destino me da escalofríos. Por un momento me siento impotente, a diferencia de lo independiente que me solía sentir. El plantear a alguien que me maneja, tal como se maneja una marioneta, se acerca a una imposibilidad que mi mente no puede aceptar. Y acaso, ¿ese "alguien" toma mis decisiones por mí o aconseja a mi subconsciente? La segunda opción se acerca mucho más a la realidad que está en mi cabeza: tal vez este "Sr. Destino" me aconseja con un susurro, que tiene la suficiente fuerza para guiarme. Tal vez, Destino no pretende manejar nuestras vidas, sino llevarnos por lugares seguros. Y tal vez muchas veces se cruza con Sr. Coincidencia, quien busca llenar nuestra vida de emoción sin tantas seguridades. Y aunque ambos sean completamente opuestos, forman a nuestro Sr. Destinencia.
     ¿Quién es Sr. Destinencia entonces? Es cuando Sr. Coincidencia acuerda darnos un momento de suspenso seguido de uno de alivio, al cual Sr. Destino nos dirige. La suerte es la mezcla del destino y la coincidencia: el primero nos guía por el camino correcto, y la segunda nos otorga los obstáculos que inundan nuestra vida de suspenso.
     Sigue el camino sin saber hacia donde se dirige. 

martes, 6 de agosto de 2013

(PARE)SER


     ¿Somos lo que parecemos? ¿Tu ropa, tu pelo, tu manera de hablar, pueden llegar a demostrar algo de tu personalidad? A veces me pregunto si será cierto que reflejamos lo que somos. Tantas veces nos repiten que lo que importa es lo "interior", mientras que al final puede ser que un poco de eso se vea reflejado "afuera". No creo que ninguno de nosotros fuera uno mismo ni no estuviese en su cuerpo, pero a la vez, no creo que ninguno de nuestros cuerpos fuese el mismo si nosotros no estuviésemos dentro. Entonces, ¿cuál es el completamente independiente? ¿El cuerpo o el alma? ¿El alma puede manipular al cuerpo? ¿El cuerpo puede afectar al alma? Yo sostengo que es una relación mutua, entre ambos elementos. En mi opinión, el alma y el cuerpo son libres pero dependientes: cada uno del otro. Pero, ¿cuál es el que manda?
     El cuerpo no es la cárcel del alma: el cuerpo es como la melodía, el alma como la letra en una canción. Ambas importan, y ambas se suelen reflejar mutuamente. Pero, ¿cómo confiar en la melodía si la letra puede engañarnos? ¿Si la melodía es calma, pero la letra es trágica? Es decir, ¿cómo reconocer a la persona que da a entender físicamente ser alguien que mentalmente no es? Y en ese caso, en ese engaño propio que se hace esa persona, ¿ella está pareciendo con el alma, con el cuerpo, o con ambos?
¿Se "es" con el alma o con el cuerpo? ¿Se "parece" con el alma o con el cuerpo?
Actuamos para parecer, pensamos para ser.